Con frecuencia, sientes que te pesa el ruido, el ajetreo de cada jornada, vivida intensamente, el cansancio.

En muchas ocasiones, el vacío interior. Es el momento de entrar en lo profundo de ti mismo y dar sentido al día que has vivido o vas a vivir.

Cinco minutos nada más, vividos en silencio y en sosiego. Cualquier plegaria hecha en el medio del silencio se convierte en potente foco capaz de iluminar tanto como experimentamos cada día.