La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y atención se debe a todo ser humano, porque el ser humano no tiene grados”

Ningún ser humano vale más que otro. Ni el género, ni el dinero ni la raza definen las capacidades de una persona, solo su comportamiento y sus ideas. Ante Dios todos somos iguales, no importa nuestro sexo.

La ética, el respeto y el amor deberían ser las bases sobre las que se fundamente cualquier civilización moderna.