La grandeza de María reside en su humildad, en su sencillez. Jesús, quien vivió junto a su madre, nos quería enseñar qué es ser sencillos de corazón.

¿Cómo será una persona sencilla de corazón? La que se alegra con los logros de los demás, la que tiene una mirada amable sobre ella y sobre los demás, la que escucha desde el corazón, la que espera lo mejor…

¿Cómo te hace sentir  a su lado?