CUIDAR LA CREACIÓN (adaptación de Rezando Voy)

(Música serena) *

– Nos ponemos cómodos. Nos quedamos tranquilos…  Con los ojos cerrados, respiramos despacio…  El aire entra por la nariz, pasa por los pulmones y después sale despacio por la boca y nos relaja… (3 veces)

 

Recuerda algún regalo que has recibido alguna vez… ¿Cómo era? ¿te gustó? ¿cómo lo agradeciste? ¿dónde lo guardas?…

 

Imagina ahora que te van a hacer un regalo. Piensa un momento qué te gustaría recibir, qué te haría ilusión…

¿Qué te imaginas que te van a regalar? ¿Qué te gustaría recibir?¿Por qué?

Alguien te dice que cierres los ojos… ¡Ya puedes mirar!

Abres los ojos y ¡qué desilusión! ¿qué ves? Nada.

¿Dónde está tu regalo?…

Resulta que el regalo ya estaba ahí.

Descubre cuál es el regalo con esta lectura del primer capítulo del Génesis:

 

Adaptación de Gen 1, 1-31

Todo estaba oscuro. No había nada alrededor, y Dios se sentía incómodo. Así que se dijo: «¿De qué me sirve ser Dios si estoy solo?» Y decidió ponerse manos a la obra. Empezó por iluminar todo ese vacío: creó la luz y le pareció que aquello estaba muy bien. Luego se le ocurrió crear las estrellas, los planetas, y las leyes por las que se mueven. Y también le pareció que estaba muy bien. Muy animado, siguió con el agua de los mares, las plantas, los pájaros, los peces, los insectos. Sí, le estaba quedando muy bien. Y entonces, tuvo una idea genial. Pensó: «voy a hacer personas que sean como yo». Y así creó a los hombres y las mujeres. Aquello estaba francamente bien, porque ahora tenía un mundo sobre el que derramar su cariño. Y además se le ocurrió que fuesen aquellas criaturas, la mujer y el hombre, las que se ocuparan de cuidarlo para que siguiera estando así de bien. De modo que les llamó y les regaló todo aquel mundo que acababa de crear y del que se sentía tan satisfecho.

 

Piensa un momento en el mundo que te rodea. Este montaje te puede ayudar. *

 

Ahora te invitamos a plasmar en un papel (un dibujo, una palabra, una frase…) lo que te ha evocado esta reflexión.

 

-Todo lo que tienes a tu alrededor, lo que ves, lo que tocas, es un regalo que Dios te ha dado. Pueden ser cosas agradables o no, paisajes increíbles, un cielo cubierto de nubes con formas extrañas, el calor o el frío que hace por las mañanas, una piedra llena de barro, una planta carnívora, el mar…

Y todo es un regalo y está ahí para que lo cuidemos. Es tu casa. Es la habitación en la que descansas, el espacio donde te encuentras más a gusto.. Piensa en el mundo como una gran casa. Lo que nos rodea, la naturaleza es algo asombroso que no deberíamos cansarnos de contemplar. Hay mucho que descubrir en ella y también necesita de nosotros para que otros puedan seguir disfrutando: agua limpia, bosques que huelan bien, animales y plantas a salvo …

 

– Para terminar este rato te proponemos esta canción. *

DESPIÉRTAME Sal 16,15  Ixcis

Despiértame, Señor, cada mañana

para que aprenda de nuevo a amanecer.

pon tu mirada en mi corazón

  1. para que en todo hoy te pueda encontrar y alabar.

2-3. para que en todo hoy te pueda /encontrar y alabar (2)

para que en todo hoy te pueda contemplar.

La creación es un regalo que Dios nos ha hecho para cuidarlo. Y cuando te regalan algo lo agradeces y lo cuidas con cariño. Por eso ahora vamos a darle gracias a Dios, diciendo: “Gracias por tu regalo”

 

– Si quieres compartir con nosotros cómo te has sentido o alguna vivencia similar escríbenos a:

pastoral.arnauda@gmail.com